jueves, 26 de abril de 2007

Ichi the Killer y otras.


Hola!

Hoy he visto la peli japonesa Ichi 'The Killer' y vaya tela. Como de tanto en tanto me gusta practicar el sano ejercicio de la escritura y la producción de textos como mejor forma de pulir mi expresión escrita, me dedico a comentar cosas que seguramente nadie, a parte de mi novia, va a leer pero y qué? a mí me importa poco, mientras me entretenga y me relaje...

Al parecer, es una de las muchas pelis de yakuzas que hay en el mercado pero que tuvo su éxito moderado hace un par de años.
La trama presenta una banda de gangsters japoneses muy preocupados porque su jefe ha desaparecido. Los matones están capitaneados por un rubito pollo con un corte de pelo que para los japoneses debe de resultar la mar de 'Cool', pero que a mí se me antoja muy femenino o moñas (a gusto del consumidor). Al parecer, el rubiales es un tanto rarito y le va que le casquen de lo lindo y se ve que el jefe era un experto en darle caña, por eso nuestro amiguito está tan triste T_T.

En un principio, la historia se centra en la búsqueda del pez gordo y qué mejor manera de empezar que sacar información de los típicos pardos de los bajos fondos? Lástima que nuestro chico no tenga don de gente y no sea especialmente gentil. Así pues, no faltan sádicas torturas para persuadir al desgraciado de turno.

Supongo que los "delicados" métodos de persuación del rubito (del que sospecho cierto intento de Brad Pitt del club de la lucha a la japonesa) representa el plato fuerte de la película ya que no faltarán litros de sangre de metirijilla y cuerpos despedazados para crear el espanto y la náusea de los espectadores japonesitos. Imagino que es la típica peli que se pillan cuatro adolescentes nipones para demostrarse recíprocamente lo "duros" que son y flipar en el instituto, pero para gente como yo, que tiene en su haber unas cuantas pelis bastante asquerosas, resulta un tanto insípida.

No obstante, esto no acaba aquí. Al parecer el jefazo ha sido asesinado por un tal Ichi que se supone que es un asesino de la hostia que provoca auténticas masacres y es el terror de los chicos malos. Sin embargo, Ichi en realidad es un pardillo llorón al que le dieron mucha caña en el cole y está muy traumatizado. Además, está asesorado por un chino que le come el tarro con eso de que se ha de vengar de los abusones. Así pues, nuestro chico, ataviado con un traje bastante ridículo y cantón(sospechosamente muy parecido al del manga 'Ganz'), va ejecutando las órdenes que le dan a modo de desahogo terapéutico.

Aunque Ichi parezca ser una víctima de una malvada manipulación en realidad está un poquito perturbado y obsesionado con una violación que vió cuando era un adolescente y está cabreado consigo mismo porque no pudo hacer nada ante tal espectáculo, pero...Ichi no se traumatizó por no haber podido ayudar a la chica, sinó por no haber tenido huevos para violarla él también.

A partir de la aparición de Ichi la cosa empieza a degenerar y se nota que el director perdió el norte ya que la cosa empieza a liarse de mala manera para desembocar en un final casi "Lynchaniano" que no contaré.


Análisis:

Se trata de una peli más de yakuzas decepcionante (hay pocas que sean dignas de ver). La trama es confusa y los personajes son tan paranoicos que cansan hasta la extenuación, especialmente Ichi. La película se hace pesada, soporífera y larga. Las escenas sanguinolentas son exageradas y buscan más el impacto visual pero desprovistas de cierto refinamiento sádico pese a que alguna de las torturas se antoje interesante.
No me explico por qué esta película tuvo tanta fama en su momento. Quizás los actores sean muy famosos en Japón o se trate del oscuro trabajo de ensalzamiento gafa-pasta de bodrios cinematográficos en su búsqueda del tan ansiado minimalismo y no hay nada más sencillo hoy en día que declararse fan incondicional del cine asiático.

Por otra parte, la cinta lleva un mensaje un tanto vengativo. Estoy seguro que la idea de vengarse de los que te han hecho 'buying' despedazándolos sin piedad es bastante atrayente para muchos japoneses ya que al parecer en el país del sol naciente la figura del matón de clase está bastante extendida y la violencia actual en las aulas parece ser que es bastante excesiva. Además, es espíritu manga-anime está bastante arraigada en la psique nipona ya que en varias ocasiones se habla de hacerse fuerte (palo songoku) y dejar de ser una nulidad. Es un poco preocupante que el Darwinismo social se vea tan bien y esté tan justificado en cintas como esta. En fin, me la suda, japón está muy lejos como para preocuparme.

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