viernes, 17 de agosto de 2007

Van Damme, el auténtico héroe de acción.

En el universo de los héroes de acción pocos son los que sobreviven en la 'psique' de la gente. Personajes como Arnold Schwarzenegger, Silvestre Stallone y Chuck Norris (sin pecado concebido) son de sobra conocidos por todos nosotros. En cambio, otros como Dolph Lundgren y Lorenzo Lamas naufragaron antes de alcanzar el éxito.

Entre los pocos elegidos para entrar en el Olimpo de los dioses, encontramos al tipo a quien dedico este post: Jean-Claude Van Damme.

Van Damme (o "el que hace girar su pierna como un huracán") su sólo nombre ya hace que todos los malos del mundo se hagan sus cositas encima. Pero quién es este hombre de poderosos músculos y mirada penetrante?

Jean-Claude Van Damme nació el 6 de mayo de 1961, en la ciudad de Bruselas, Bélgica o lugar de Europa donde los gabachos y los holandeses conviven de mala gana escupiéndose los unos a los otros y que presuntamente es un país. Su nombre completo es Jean-Claude Camille François Van Varenberg pero para hacerlo más digerible se le conoce como "El Van Damme"

Al parecer, nuestro héroe de acción se inició en las artes marciales con diez años debido a que su padre lo apuntó a una academia de Karate para se formara en tan sana disciplina, algo que sólo saben todos aquellos a que nos han dado de hostias en un dojo hemos tenido la suerte de practicar tan noble arte. Al parecer, a Van Damme le fue de coña y se hizo un nombre en el mundillo ganando dos veces el campeonato mundial de su categoría. Posteriormente y no contento con los éxitos logrados, empezó a cultivar sus músculos a base de pesas y ganó el título de Mr. Culturismo (que no quiere decir que fuera culto) de Bélgica. Aquí empieza una de las partes más oscuras y desconocidas de su vida ya que a los 16 años se inicia en la práctica del baile de los maricas Ballet (¿para mejorar su técnica asesina?) del que afirmaría que es una de las disciplinas más duras que existen. A los dieciocho abrirá un gimnasio pero pronto empezará su prolífera carrera cinematográfica gracias a films tan conocidos como "Monaco Forever".

Como Bélgica se le quedó pequeña, Van Damme se mudó primero a Hong Kong (se moría por tirarse a una oriental) y finalmente a los EEUU para intentar hacerse un hueco en Hollywood aunque para ganarse la vida tuvo que trabajar en trabajos tan dispares como puerta giratoria (donde aprendería su famosa patada), camarera nocturna (donde aprendería a despreciar a los (*)sudamericanos y otros maleantes) y otras cosas que no vienen al caso. Como los dioses recompensan a todo aquél que persiste, Van Damme empezó a hacerse un nombre en la meca del cine gracias a películas como: Retroceder nunca, rendirse jamás (1985) y Black Eagle (1988). Aquí empieza su leyenda.

Van Damme entró con furia en nuestros hogares a base de patadas giratorias gracias a la maravillosa programación que nos brindaba Telecinco en sus antológicos inicios, ya sabeis: las mamachicho, la Sabrina, Entre platos anda el juego, Su media naranja, Oliver y Benji, Teletienda, etc. Sus películas eran un buen aperitivo antes del plato fuerte: las pelis de Jaimito, que hacían más tarde y que nuestros padres (por lo menos el mío) no nos dejaban ver.

Si a alguien le citas un título como: "Contacto sangriento", "Doble impacto", "Soldado de fortuna" o "Doble impacto de fortuna sangrienta" inmediatamente le vendrá a la cabeza el nombre de Van Damme. Sus películas, pese a no tener un guión elaborado, cumplen con su cometido: hacernos desear no ser el que recibe las patadas y entretenernos, claro. Nuestro héroe tiene una gran versatilidad ya que en unas películas puede un buen chico al que un macarra oriental deja a su hermano en una silla de ruedas y que pese a no tener ni zorra de artes marciales llegará a ser un crack en la materia o bien un tipo duro curtido en mil batallas que defenderá a una madre soltera (que acabará por tirarse) y a su hijo de un grupo de malvados acreedores que les harán 'moobing'.

Los malos de sus películas por lo general suelen ser paletos del sur con muy mala leche o inmigrantes. Sin embargo, Van Damme no es para nada racista ya que puede tener un amigo negro y pese a que la mayoría de esbirros del ganster de pacotilla de turno sean (*)sudamericanos, Van Damme los apalea brutalmente como lo haría con un blanco.

Van Damme no necesita atuendo especial como una super-armadura que le permita volar y lanzar rayos fotonicos, con unos vaqueros, una camisa de la misma tela y unas votas de Cowboy tiene más que suficiente. Hasta la fecha sólo se han registrado tres cortes de pelo: corto y de punta, lo mismo pero sin gomina y por último largo y con rizos engominados al máximo.

En una película de Van Damme hay elementos que no pueden faltar: alguien que sale despedido y se carga un cristal, un grupo de malos malosos, un enemigo final, la chica, su patada giratoria y el IAAAAAAAAAAAAAAAAAAaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa... en cámara lenta.

Van Damme fue el héroe de acción indiscutible en los primeros años de la década pasada pero en estos tiempos de superproducciones llenas de efectos a ordenador las películas artesanales han pasado a mejor vida. Sin embargo, siempre tendremos a Van Damme pegando patadas giratorias en nuestros corazones.

El Superman que pudo ser y no fue.

No es que yo sea demasiado seguidor de los comics de super-héroes, pero he encontrado un video, que no es precisamente actual, en el que Kevin Smith (Jay y Bob el silencioso) es contratado para reescribir el guión para una película de Superman que al parecer era pésimo. Hasta ahí bien, pero cuando se entrevista con el productor -- otrora peluquero de Barbara Streisand-- la situación llegará a un nivel de frikismo nunca visto.

El video es bastante friki pero con algunas partes me he partido la caja.

Bueno, aquí va: