El hombre elefante.

Hola!

En esta vida ha de haber de todo y existe gente como yo que son morbosos por naturaleza.

El film "El hombre elefante" es sin duda una de las mejores películas que recuerdo y he de reconocer que, de momento, es la única que he visto de su director David Lynch, un tío muy criticado por sus paranoicas obras como 'Eraser head'.

Resulta una película curiosa, pero lo más llamativo es que está basada en una historia real, la de Joseph Carey Merrick, un ciudadano inglés que nació en 1862, período conocido como la Inglaterra victoriana.

Durante esa época, en Europa existía un sentimiento aventurero y muchas ánsias de investigación y descubrimiento, sin duda propiciado por el colonialismo y las incursiones en el continente africano del que se tenían muchas leyendas sobre tribus perdidas, grandes tesoros y animales jamás vistos hasta entonces. Eran tiempos interesantes si eras una persona con una posición social acomodada: preciosos ropajes, ostentosas mansiones y un mundo salvaje y peligroso por descubrir.

Sin embargo, también el pueblo deseaba conocer cosas nuevas y por eso se pusieron muy de moda las ferias ambulantes en las que se exhibían a personajes deformes. En muchas ocasiones las "maravillas" eran simples timos, pero en otras se hacía negocio de las discapacidades y malformaciones de pobres diablos.
Sí, eran tiempos refinados y opulentos para las grandes casas, pero también salvajes y crueles para el denominado "populacho".
Merrick militó en una de esas ferias y es allí donde el doctor Frederick Treves le encontró.

Merrick sufría el denominado Síndrome de Proteus, una rara enfermedad caracterizada por tumores subcutáneos que fue descrita en 1979 por los doctores Cohen y Hayden. Al parecer el fenotipo de los pacientes es cambiante y por eso la bautizaron con ese nombre en honor al dios griego Proteus que poseía la capacidad de cambiar su aspecto.

Según se afirma, las características de este síndrome son visibles sobre el año de vida aunque pueden ser percibidas en el nacimiento. Se desarrolla durante la infancia y cesa después de la pubertad.
Joseph empezó a sentir los síntomas a partir de los 18 meses.
Así pues, el pobre Merrick no nació siendo la criatura horrorosa que conmocionó a la sociedad inglesa de la época. No obstante, él achacaba su deformidad a un incidente que tuvo su madre cuando estaba embarazada al caer debajo de las patas de un elefante y que del susto que se llevó, propició el posterior aspecto del feto.



Su madre, Mery Jane, una mujer de origenes humildes, sabía leer y escribir. Trabajaba dándo clases a niños que no podían ir a escuela durante la semana en la iglesia bautista de Leiscester. Así pues, su madre era una mujer hasta cierto punto cultivada y ésta se empeñó en que Merrick asistiera a escuela, donde aprendió a leer y a escribir.
Como sus deformidades eran cada vez más agudas, Joseph se cobijó bajo la protección de su madre lo que le condujo a tener una gran dependencia de ella. Así, cuando su madre falleció en 1873, Merrick acusó la pérdida enormemente ya no sólo por su dolor como hijo sino porque ella había sido el único ser que de verdad le había querido y cuidado. Joseph nunca lo terminó de superar.

Tras el fallecimiento de su madre, empezarían las penalidades para Merrick ya que su madrastra y sus hermanastros le sometían a contínuas vejaciones y le obligaron a trabajar para colaborar en el la economía familiar a pesar de las dificultades derivadas de su enfermedad. Le hicieron trabajar en una fábrica de puros hasta que su mano deforme no se lo permitió. Posteriormente hizo de vendedor ambulante pero fracasó por el miedo que daba su aspecto. El pobre Joseph le entregaba a su padre el dinero para la comida como si hubiera sido ganado por la venta ambulante, prefiriendo morirse de hambre que aguantar los reproches de la - y con perdón - furcia de su madrastra.

Un día, harto de la situación, Joseph se escapó y empezó a vagabundear. Afortunadamente, su tío Charles Merrick le acogió en su casa donde fue muy bien tratado. Charles empezó a sentir animaversión contra su hermano por cómo había tratado a su propio hijo. Como Joseph no podía trabajar en la barbería de su tío, salía con su carrito de vendedor cada día, algo que Charles valoría enormemente.
Cuando sus tíos iban a tener un hijo, Joseph decidió abandonar, con la total oposición de su tío, el que había sido su hogar durante dos años al considerarse una gran carga para ellos. Fue entonces cuando Merrick, después de unos intentos fallidos de encontrar un trabajo digno en la Work House, se alistó en la feria ambulante de Sam torr que luego pasaría a ser de Tom Norman.
Aunque en la película se diga que Merrick fue tratado como un animal durante su etapa de artista de feria, al parecer esto queda desmentido en su autobiografía.

Cuando el doctor Sir Frederick Treves lo encontró, se quedó tan sorprendido que quiso exáminarlo en la facultad de Medicina del London Hospital.
Antes de nada, quisiera comentar que Frederick Treves era un gran intelectual. A los 18 años ingresó en los estudios de medicina y pronto fue considerado una gran promesa debido a su gran capacidad.
Cuando llegó a sus oídos la noticia de que en una feria se estaba exponiendo un hombre con gravísimas deformaciones físicas, ya era cirujano jefe del hospital.

Una vez le tuvo en su consulta, decidió inspeccionarle detalladamente, pero no articuló palabra con él ya que el doctor creía que el sujeto era deficiente mental. Sin embargo, poco después descubrió que estaba completamente equivocado ya que Joseph Merrick era una persona gentil y caballerosa y causó sensación en la sociedad victoriana, ganándose los favores y la amistad de personajes tan ilustres como la princesa de Gales y el duque de Cambribge.
Vivió entonces sus mejores años en los que fue apreciado por los que le rodeaban y fue feliz después de una infancia desgraciada.


Merrick falleció el 11 de abril de 1890. Durante muchos años se atribuyó su muerte a que se quedó dormido en posición estirada y debido al peso de su cráneo le había obstruido la tráquea impidiéndole respirar. No obstante, pruebas posteriores creen que en realidad se desnucó por el peso de la cabeza.

En la actualidad se conserva el esqueleto de Joseph Merrick en el London Hospital.